Las lesiones crónicas de piel como el cáncer son relativamente frecuente en los gatos, afectan a adultos y viejos y se relacionan directamente con la exposición al sol. Por ese motivo, el uso de bloqueadores o protectores solares se han planteado como un manejo preventivo de lesiones en la piel del tipo dermatitis crónica o cáncer. Los protectores solares son sustancias que contienen productos químicos por lo que estos dan protección y reducen la radiación solar que penetra en la piel absorbiendo la radiación ultravioleta En el caso de los bloqueadores solares, son productos que actúan como una barrera física impidiendo por completo que la radiación alcance la piel, ya que reflejan los rayos ultravioletas. Estos tienen una consistencia densa o espesa generando esta barrera protectora. Lo ideal es utilizar bloqueadores o protectores solares que sean de un factor de protección solar (FPS) de 30 hacia arriba.
El número indica el tiempo en el cual pueden estar expuestos al sol. Por lo general las áreas más expuestas a la radiación solar son las orejas y la cara. Se debe prestar especial cuidado en aquellos gatos que tienen su pelaje blanco y rojo. También en aquellos que tienen las orejas de color blanco, o alrededor de sus ojos y nariz, ya que en esos lugares hay una menor cantidad de pelo y además son de colores que predisponen a tener lesiones sobre su piel debido a la radiación solar. Las lesiones comienzan como pequeñas heridas que se producen en los extremos de las orejas y que se recuperan por un tiempo y luego vuelven a aparecer hasta que en un tiempo se transforman en lesiones costrosas y sangrantes que no resuelven y crecen a pesar de los tratamientos de limpieza y desinfecciones.
En estos casos se indica realizar una biopsia de piel a partir de las lesiones que se observan, de esta forma se realiza el diagnóstico específico para poder realizar un tratamiento indicado. Para evitar la presencia de esas lesiones se recomienda que los gatos tomen sol en horas donde la radiación es menor y que siempre lo hagan después de haberse colocado los bloqueadores o protectores solares. Existen presentaciones veterinarias, pero también pueden utilizarse las de uso humano y también es factible solicitar la preparación en los recetarios magistrales de las diferentes farmacias. En ocasiones es necesario repetir su aplicación varias veces al día aun cuando no esté nublado o se esté en invierno. Lo importante es la prevención.