Hoy en día las alergias alimentarias son cada vez más frecuentes, tanto en personas como en animales, pero ¿sabes a qué se deben o como se pueden manifestar? En este artículo te contaremos algunas particularidades.
Es importante diferenciar una intolerancia alimentaria de una alergia. En las intolerancias no hay una reacción inmunológica del cuerpo, en simples palabras el cuerpo no es capaz de digerir el alimento que el animal está ingiriendo. En cambio, una alergia alimentaria ocurre cuando el sistema inmunológico del gato identifica un componente de la dieta que ha ingerido como enemigo y lo combate, reaccionando de manera exagerada y provocando un trastorno inflamatorio de carácter alérgico. Esta respuesta inmunitaria puede provocar distintos síntomas en los gatos, desde problemas a la piel, hasta gastrointestinales como vómitos o diarrea.
¿Por qué aparecen las alergias alimentarias?
En la mayoría de los casos las alergias son provocadas por la ingesta de alguna proteína. Además, los aditivos químicos que se utilizan en las dietas comerciales como conservantes, colorantes, saborizantes o antioxidantes artificiales pueden aumentar la severidad de las alergias alimentarias.
Las alergias alimentarias pueden aparecer en cualquier rango etario, pero estudios muestran que el promedio de edad es entre los cuatro y cinco años. Una de las razas que tiene mayor prevalencia a desarrollar una alergia alimentaria es el siamés.
Algunos signos que se pueden encontrar son:
- Dermatológicos: costras, enrojecimiento de la piel, prurito, descamaciones y alopecia (ausencia de pelo).
- Gastrointestinales: vómitos, diarrea, aumento de eliminación de bolas de pelo
- Otros: infecciones de oído recurrentes y raramente problemas respiratorios.
El diagnóstico suele ser dificultoso ya que muchas veces los signos no son específicos, y el médico veterinario requerirá de un buen examen clínico, exámenes de sangre y anamnesis (historia del paciente) para diagnosticarla.
Generalmente cuando se sospecha de una alergia alimentaria, una forma de diagnosticar es realizar un cambio en la dieta por una que sea hipoalergénica (proteínas hidrolizadas que no generan reacciones alérgicas), alimentos que el gato no haya probado antes y que contengan diferentes proteínas a la comida actual; estas pueden ser de formulación comercial o cocinados en casa.
Es importante comprender que es un proceso largo que puede durar entre 4 a 12 semanas y que el alimento debe ser exclusivo, no se permiten los premios durante este periodo. Esto puede resultar difícil en casas donde vive más de un gato, pero es una de las formas para diagnosticar la alergia, ya que si los síntomas disminuyen puede que se haya dado con la causa.
En algunos casos puede que un gato sea alérgico a más un componente alimenticio, lo que vuelve el diagnóstico dificultoso y frustrante, ahora bien, existen otras formas de diagnosticar una alergia, como pruebas que se realizan fuera del país (EE. UU) en donde se detectan los alérgenos (sustancia que produce la alergia) y una vez reconocido el alérgeno, se puede iniciar un tratamiento específico para cada gato.